Siempre he tenido curiosidad por saber como se sentían los movimientos de un bebé. Hace poco veía a mis amigas con sus pancitas y esos bultitos que les sobresalían y se movían... me daba mucha curiosidad saber lo que sentían y aunque me la intentaban explicar, yo no podía ni imaginarme esa sensación. Recuerdo que cuando supe que estaba embarazada me sorprendía imaginando como serían sus pataditas... si me daría cuenta... y si no lo confundiría con cualquier otro movimiento...
Yo empecé a sentir los movimientos de Nora hacia las 18 semanas. La matrona me decía que eso era muy pronto, que para saberlo con seguridad tenía que esperar a la semana 22, pero yo tenía claro que esa era mi niña, vamos, que los intestinos nunca se me han movido así... La primera vez que la sentí fue como si una burbujita se moviera dentro de mi. Los movimientos eran muy suaves y contaba 5 o 6 al día... me encantaba esa sensación...
Lo curioso es que a medida que ha pasado el tiempo, los movimientos han cambiado. Hacía la semana 25 noté el gran cambio, los movimientos suaves y delicados pasaron a ser golpes bruscos que me movían la tripa entera. La primera vez que Juan lo notó se asustó y sobresaltó, y luego nos reimos. Él me preguntaba con curiosidad que sentía, y yo le contaba que es como cuando se te monta un músculo pero en la tripa y sin dolor. Ya los movimientos empezaban a ser más constantes, cuando me despertaba (me toco la barriguita dándole los buenos dias y ella me da un golpecin en mi mano), cuando desayunabamos, en el coche hacia el trabajo... una sensación que disfruto con mucho mimo y que sé que echaré mucho de menos... eso sí, nunca me han despertado con sus movimientos, si yo duermo ella duerme (sería genial que lo respetara al nacer, jejeje...)
A mis 28 semanas el tamaño de Nora ya es considerable... se nota mucho en que lado de la barriga está, porque me la desplaza para ese lado... Juan y yo de vez en cuando la buscamos por la tripa a ver donde está, y él siempre la encuentra. Pero esta noche he sentido algo genial, y ha sido como una bola del tamaño de una naranja moverse de un lado al otro de la barriga. Estoy segura que era su cabecita, y al notarlo no he podido evitar reirme.
Me da pena que Juan nunca pueda sentir esto tan maravilloso y extraño a la vez... a veces le digo que me gustaría que por un día puediera vivir esto que yo siento con Nora... y él me dice que a él también... Esto hace darme cuenta de lo afortunada que soy por poder vivirlo y llenar mis días con estos momentos tan bonitos de mi embarazo... y ¿por que no? sentirme afortunada de ser mujer :)