Lilypie First Birthday tickers

Lilypie First Birthday tickers

miércoles, 26 de septiembre de 2012

Yo teteo, ¿tú teteas?


Hace tres meses que Nora nació y ya he creado mi propio lenguaje. Una de las palabras que más me gusta emplear es el verbo "tetear", que dícese de la acción de pasar los mejores segundos de mi vida dando el pecho a mi pequeña. Sin embargo reconozco que dar el pecho no ha estado exento de obstáculos.

Nunca me había planteado el tema de la lactancia materna hasta que no me quedé embarazada. Fue entonces cuando recopilé información y cuando me llovieron consejos de todo tipo, tales como "la teta es lo mejor" y tales como "a mi me han dado biberón y no ha pasado nada". Es una lástima que nos vendan el biberón como una alternativa estupenda a la teta, cuando no existe nada que se le compare (es lo que tiene el ser "civilizado")

Pero volviendo a la teta, nosotros lo teníamos claro: íbamos a tetear sí o sí. Escribo en plural porque aunque yo lleve el soporte principal del sistema de alimentación de nuestro bebé, es todavía más importante el apoyo, cariño, comprensión y ánimo que el papá nos ha dado constantemente (Padres de lactantes) Me imagino que si en esas noches de desvelo y dolor, a las primeras de cambio el papá se hubiera ido a por un biberón y me dijera "pues ganas de seguir sufriendo, si el biberón está muy conseguido" y le enchufara el biberón al bebé, puede que la historia fuera muy distinta. Sin embargo, lo teníamos claro: pase lo que pase, íbamos a tetear. 

Cuando Nora nació le costaba engancharse a la teta. Sabíamos que al principio iba a comer poquito, pero para eso la superteta produce el calostro, un alimento con alto poder calorífico. Por lo tanto, lo poquito que comía sabía que le estaba alimentando. Aún así como madre me entraron dudas, por lo que en momentos puntuales le dimos en el hospital un poquito de biberón (más por mi que por ella) lo suficiente para que comiera pero sin dejar que se acostumbrara, ya que estaba claro que íbamos tetear. Ya en casa no había biberón, sólo teta. 

El primer mes la lactancia materna lo sentí doloroso y a ratos apesadumbrante, sin cinco minutos para respirar. Estaba claro que era lo mejor para ella, por eso a pesar del dolor siempre le abrazaba y le daba un beso amoroso antes de tetear. Aún entonces y pese a las molestias, me sentía feliz y disfrutaba mirándola. 

Ahora han pasado tres meses y puedo decir que tetear es lo más maravilloso que me ha pasado nunca. Sentir el calor de Nora junto a mi pecho, ver como me mira riéndose cuando tetea, quedarse apaciblemente dormida entre mis brazos, calmarla cuando tiene dolor, darle seguridad cuando tiene pesadillas, o simplemente tener nuestro ratito juntas, fuera del tiempo y del mundo, es una sensación muy dificil de describir y que quiero retener en mi memoria. 

Hay muchas razones por las que abandonar la lactancia: el dolor, la incomodidad, la dificultad, el miedo, la inseguridad, la esclavitud, desafortunados comentarios, y un largo etcétera. Para mi sólo hay una para luchar por la lactancia materna: es el mejor regalo que das a tu bebé y el mejor regalo que tu bebé te da. Y yo por mi parte, no necesito ninguna más :)

domingo, 12 de agosto de 2012

No puedo vivir sin ti

Nunca nadie me había querido tanto y yo nunca había querido tanto a nadie. Mi bebé nos hace regalos todos los días, regalos que nos hacen sentir una felicidad difícil de describir. Cuando nos mira nos hace eternos e infinitos. Cuando nos sonríe el mundo brilla. Cuando se duerme en nuestros brazos nos invade la paz. Cuando nos coge el dedo se paraliza el tiempo. Yo sólo puedo hacerle un regalo a mi bebé: mi tiempo para ella. 


El arte de ser madre está lleno de gozos y lleno de obstáculos. Sin escuchar métodos de crianza ni consejos familiares, mi instinto me lleva a querer dar el pecho a mi bebé cuando me lo pide (sin horarios), abrazarla y besarla constantemente, dormirla en brazos y atender su llamada cuando avisa que va a llorar (ninguno de los dos soportamos su llanto, verla empapada en lágrimas y temblando la barbilla). 

He descubierto que así me lo dicta el corazón en contra de comentarios tales como: "tienes que dar el pecho cada tres horas o estarás esclavizada", "le estás acostumbrando a los brazos" o "debes dejarla llorar o estarás perdida". Decido guiarme por mi corazón, no sin a veces sentir el conflicto entre "lo que siento" y "lo que debería hacer". Pero realmente ¿es lo que debería hacer?

Recientemente tuve el placer de leer un post genial y esclarecedor donde se hablaba de la importancia del contacto físico entre madre y bebé. 

"Las sensaciones que el bebé experimenta en el útero están relacionadas con la presión, el tacto, el movimiento, los sonidos y el olor de la madre. Todo ello le proporciona un sentimiento de seguridad y bienestar, que activa la amigdala (emociones). Cuando el cerebro se desarrolla en un entorno seguro, se disparan las interaciones sociales y se forma un apego seguro."

"Después del parto, cuando el bebé nace, está perfectamente consciente y alerta. Y su cerebro tiene dos necesidades sensoriales críticas: el olor y el contacto, que son las que le garantizan que está seguro. Así que, el bebé solo duerme seguro y su cerebro se desarrolla en todo su potencial sólo cuando siente la cercanía y el contacto de su madre."

Así es como quiero que crezca Nora, sintiéndose segura, desarrollando el cerebro en todo su potencial y siendo feliz. Al unísono nosotros sentimos un enorme placer al dormir cerca de ella, al aliviar su llanto y al tenerla en brazos. Mi pareja y yo estamos más unidos que nunca, solucionamos los conflictos juntos y disfrutamos con Nora cada segundo del día y de la noche. Nora no puede vivir sin mi, pero yo tampoco sin ella. Y si esto es estar esclavizada... debo confesar que soy feliz. 



"Al nacer, y después, la necesidad biológica del bebé es la madre. Al nacer, y después, la necesidad biológica de la madre es el bebé. Lo único que necesitan es permanecer juntos"

domingo, 29 de julio de 2012

No soy supermamá

Esta semana Nora ha cumplido un mes y nos ha regalado un mes lleno de emociones y momentos preciosos:  su primera sonrisa, su manita cogiendo mi dedo, dormir durante horas sobre mi pecho, despertarse a mi lado, buscarme con su cabecita... y así seguiría escribiendo muchos tiernos momentos... 

Sin embargo hay otros momentos de los que no se habla demasiado, momentos en los que nos sentimos vencidas, agobiadas, agotadas, desesperanzadas y a veces culpables por sentirnos así. Este post va dedicado a todas mis amigas mamis, a mi querida azulitoclaro, a mi misma... y en definitiva a todas las mamás que alguna vez se hayan sentido así. 

Las mamás no somos perfectas, igual que no lo son nuestras parejas, ni nuestros bebés y criaturas. Mi pequeña Nora es feliz, dulce, tierna, comilona, dormilona, y jamás se me ocurría esperar de ella más de lo que se puede esperar de un bebé: atención permanente. Pero a veces me siento invadida, sin un segundo para mi, sin ser dueña de mi propia vida. En esos momentos respiro (si puedo me encierro en un lugar solitario) recuerdo que es normal sentirme así, y vuelvo hacia Nora siempre con una sonrisa. 

A veces necesito recordar que no soy una supermamá, que soy imperfecta, que no siempre haré lo correcto, y que en muchos momentos me sentiré vencida. Sé qué habrá muchas etapas que pasaremos los tres juntos y sé que habrá muchos retos que superar (aquí hago un guiño a La casita de Irene). Sé que es normal sentirse encantadoramente feliz, al igual que encantadoramente desesperada. Sin embargo, cada día con Nora nos hace crecer a los tres, aprendemos a tener paciencia, a ser cariñosos, a curarnos con amor. Aprendemos a conversar, a compartir las emociones, las que yo a su vez comparto con mis amigas y con otras madres bloggeras. Aprendo a no exigirme ser perfecta, ni a exigírselo a los demás (en proceso). 

Entre uno de los muchos blogs que sigo de gran sabiduría emocional me ha gustado mucho la imagen que ha colgado la Susurradora de bebés, que con su permiso pongo en esta burbujita. 

Con esta imagen os invito a ser felices, a disfrutar de los buenos momentos, a respirar en los menos buenos, a mirar con ilusión los retos que nos esperan, a compartir con otras mamás cuando lo necesiteis, a quereros y a aprovechar cada momento y segundo (bueno y menos malo) con nuestros tiernos bichitos. En definitiva, a ser realistas :)





miércoles, 11 de julio de 2012

Dos vidas en un instante


Dicen que la vida te cambia cuando tienes un bebé, pero es impresionante comprobar como cambia todo desde el minuto cero. Cambia tu vida, tu mundo, tu percepción de las cosas, tu relación con la pareja, tu relación contigo misma... y todo desde el mismo momento en el que te ponen a esa personita sobre tu pecho... en el mismo instante en el que sabes que jamás te separarán de ella porque es parte de ti y tu parte de ella. 

Hace dos semanas que Nora decidió que era hora de salir. Nació el 25 de junio de 2012, con los ojos abiertos y la manita en la carita, como saludando al mundo. El parto fue bastante bestial, finalmente todo muy natural (ya que la epidural solo hizo efecto una hora) y después de dos días de dolores. Pero la recompensa fue que a base de brutales empujones, y sin dilatar lo suficiente, la mami colocó a la niña, dilató y ayudó a salir a Nora tan bien que la peque no sufrió nada. De echo nació con muy buen color y nada hinchadita, y la matrona nos felicitó por el buen trabajo. Aquí el mérito me lo quito, porque yo sólo sentí que mi cuerpo me poseía y dejé que mi cuerpo se encargara. Lo que digo, bestial. 

Desde el momento que sentí su calor me sentí aliviada. El dolor no se olvidó y esa imagen utópica de ese momento mágico tampoco la viví. Estaba más cansada y trastornada que otra cosa. Pero desde ese mismo instante supe que cuidaría de ella toda la vida y me sentí verdaderamente feliz. Los siguientes días en el hospital fueron estupendos, con todos los cuidados que se puedan necesitar y simplemente pasando las horas mirándola sobre mi regazo. 

Cuando llegamos a casa todo era igual y todo era distinto. Yo me sentía extrañamente triste, con ganas de llorar y echando de menos mi barriguita y a mi matrón. Luego supe por mi matrona que eso era totalmente normal, y efecto de la tensión, el cansancio y el bajón de hormonas. De estas sensaciones se habla poco, todos hablan de lo maravilloso que es tener a tu bebé, por eso encima de triste me sentía culpable. Había deseado con tanta fuerza a mi bebé, tenerlo con nosotros, que no entendía esos sentimientos. Pues bien, futuras mamis... aviso que es algo totalmente normal (posteriormente supe que le había ocurrido a todas mis amigas mamis), que se necesita llorar, desahogarse, dejar que el cuerpo vuelva a su ser, y que en unos cuantos días se pasa. Esos días se necesitan para pasar de ser tres personas a ser una familia. 

Nuestra pequeña Nora es un ángel. En estos 15 días de vida apenas la hemos escuchado llorar, duerme por la noche sus 3-4 horas seguidas y su vida es mamar, dormir, hacer caca y los mimos de papá y mamá. De eso si hay mucho. 

Somos felices y podemos decir que somos una pequeña familia en nuestra pequeña burbuja. Me da penita que pase el tiempo tan rápido. A veces me gustaría parar el tiempo, pero quizás lo que está por llegar todavía sea más emocionante y siga llenando nuestras vidas.

Gracias por formar parte de nuestra burbujita :)

lunes, 11 de junio de 2012

El síndrome de preparación del nido


Cuando escuché por primera vez lo del síndrome de preparación del nido estaba de pocos meses de embarazo y entonces creí que llegaría un día cerca del octavo mes en el que despertaría y una energía y fuerza sobrehumanas me empujarían a limpiar, ordenar y recoger la casa para dejarla lista para nuestra recien llegada. Desde entonces, han pasado muchos días y aquí el dichoso síndrome no aparece.

Leyendo por distintos blogs y artículos, por lo visto no es un síndrome que le llegue a todas las embarazadas ni al mismo tiempo, por lo tanto, si eres una de las afortunadas aprovecha (sin pasarte) y sino, pues tranquilamente ve haciendo lo que te apetece y preparandote para el momento, que al fin y al cabo es de lo que se trata. 

Sin haber experimentado ese "estado de gran actividad" si es cierto que me ha venido una gran necesidad de hacer limpieza general en la casa y de preparar la habitación de la pequeña Nora. Y a falta de esa energía y euforía de la que hablo, mi técnica ha sido elaborar una tabla con todas las cosas que considero que quiero hacer e ir haciéndolas (la gran mayoría mi pareja) poquito a poco. 

Pero, ¿cuál es la razón de que aparezca el síndrome del nido? (extraídas de aqui):

"A nivel físico el síndrome del nido se explica como una reacción espontánea que pone a prueba el organismo materno con el fin de que, llegado el momento, se encuentre en forma y bien preparado para afrontar el parto."

"A nivel emocional, esta sorprendente actividad es una forma de evasión que utiliza la embarazada ante el temor que le produce la inminente llegada del parto. Por otro lado, es una muestra clara de su interés y de su ilusión por tenerlo todo a punto para cuando llegue el bebé (aunque ello no significa que las futuras mamás que se sienten agotadas tengan menos interés e ilusión) ." 

Resulta que este síndrome es más habitual entre las futuras madres nerviosas, inquietas y activas, que entre las tranquilonas. He ahí la razón de que a mi no me haya aparecido.  

Pero incluso recomiendan que si te ves afectada por él, es importante controlar la euforia y aunque te sientas con la capacidad de fregar toda la casa, arreglar los maleteros y lavar las fundas del sofá, no lo hagas, para evitar percances que podrían resultar peligrosos para el bebé y para ti, y porque un esfuerzo extra podría adelantar el parto. 

En definitiva, el síndrome de preparación del nido es algo que puedes sentir (que si no te llega tampoco pasa nada) pero que hay que controlar. Si puedes encontrar a alguien que te ayude a hacer estas tareas, perfecto. Si te sientes ansiosa o nerviosa, procura pasear, escribir, leer un libro y ahorrar energías. Mi experiencia es que nunca se tiene lo suficiente lista la casa para la llegada de alguien tan importante, con lo cual, mejor disfrutar de los momentos que nos quedan con nuestras barrigotas y gestionar la energía para vivir lo mejor posible el momento del parto. Y parto, allá vamos!!!

Gracias por leernos :)

lunes, 21 de mayo de 2012

Conectando con mi cuerpo: temores y superpoderes


 (Mariquita en mi tripita)

Los días pasan casi sin darme cuenta y aunque son muchas las cosas que quiero y debo hacer (entre ellas publicar en el blog) me sorprendo muy a menudo perdida en mis pensamientos...


Cuando supe que estaba embarazada uno de mis mayores temores era la irremediable verdad de que mi cuerpo tal y como lo conozco, no volvería a ser el mismo. Aún no sabía de que manera, pero preveía que mi piel, músculos y espacios cambiarían de alguna forma que era incapaz de predecir. En cierta manera da algo de vértigo. Sin embargo debo reconocer que he tenido el mejor embarazo que podría haber imaginado, y eso que venía bien informada de las variadas incomodidades que podría tener (ya se encargan los demás de avisarte de todo lo que te puede pasar y más: ardores, naúseas, vómitos, tobillos inflamados, dolor de espalda, y un laaaargo etc). 

No sé si por suerte, por la ilusión que ha llenado mi mente durante estos 8 meses, por el pensamiento positivo que he procurado mantener (a veces con menor éxito), por dejar que mi cuerpo se adaptara a sus tiempos y pausas, o por un poco de todo; pero lo cierto es que estoy experimentando la etapa más maravillosa de mi vida, y en parte me da pena que se acabe (aunque soy consciente que la que viene es aún más bonita). No me perdería nada de mi embarazo y me alegra pensar que lo he vivido al máximo. Incluso me he reído muchas veces pensando que el embarazo me había dado superpoderes que en mi mente solía enumerar:  

1. El superpoder de la relatividad: haciendo que me importe sólo aquello que realmente tiene importancia. 

2. El superpoder de la inmunidad: curiosamente he estado más sana que nunca, ni catarros, ni dolores de cabeza, ni bronquitis, etc. (Aquí cabe decir que me he alimentado mejor que nunca, ejem). 

3. El superpoder de la autoestima: nunca me he sentido tan bien con mi cuerpo, con unas curvas tan bonitas y una piel tan suave. Con todo ello, debo advertir que el embarazo si ha tenido en mí un cambio menos agradable, y ha sido la aparición de unos pequeños puntitos rojos en mi piel.  

4. El superolfato, un gran poder para lo bueno y para lo malo... recuerdo que me encantaba fregar el suelo por lo bien que olía el limpiasuelos.  

En mi caso, unas de las pocas preocupaciones ha sido el peso. Y contrariamente a lo que se pueda pensar, no por su exceso sino por su defecto. Recuerdo que una de las primeras frases de mi matrona fue "y ahora cuidadito con engordar, que como mucho puedes coger 10 kilos". Sin embargo  en ocho meses apenas he cogido 5 kilos, vamos, que Nora está creciendo estupendamente pero su mamá está adelgazando (que por otro lado no le viene mal). Todo el mundo, sin excepción, se extrañaba al verme "tan bien" (poco gorda y más delgada), y de la extrañeza, exclamación y preocupación de la gente, finalmente terminaban preocupándome a mi misma, aunque siempre terminaba pensando: ha mejorado en mucho mi dieta (eliminando pastelería industrial, los hidratos en la cena y aumentando las frutas y verduras) y ha aumentado la actividad física (paseos, bailes, escaleras...) Balance final: pierdo peso. 

Otro de los grandes temores infundados: dejar de dormir. Se supone que llega un momento que te resulta muy difícil dormir. Tu barriga cada vez es más enorme, las ganas de ir al baño, las preocupaciones, etc. son causas que pueden impedir el sueño. Pues bien, aún a día de hoy (con más de ocho meses de embarazo) duermo como un ángelito. No me duele nada (eso sí, me levanto al baño una media de 6 veces), me cojo un cojincito donde apoyo mi barrigota y Nora no se mueve en toda la noche, solo cuando me despierto, parece que para decirme "Eh, que sigo aquí".

Pero lo más valioso que he aprendido durante estos ocho meses, es que no merece la pena escuchar hacia fuera, sino lo hacemos hacia dentro. No temer los cambios de nuestro cuerpo porque forman parte de lo que somos. Y no temer los síntomas del embarazo, sino cuidarse, quererse, y dejar a la naturaleza que haga el resto. En definitiva, ser feliz. 

sábado, 14 de abril de 2012

Experiencias de la primera clase preparto

Si algo ha caracterizado mi personalidad durante toda mi vida es mi gusto por comunicar y expresar en palabras todo aquello que siento. Siempre hay un hueco para lo que considero íntimo, pero hay otro espacio muy amplio que siempre me ha gustado y me gusta compartir. Es por esta razón que mis otras burbujitas cercanas y queridas han vivido conmigo (y quizás aguantado) la desagradable sorpresa que me he llevado de mi primera clase preparto y toda la verborrea que ello ha derivado. Por eso no quiero pasar sin agradecer a estas queridas burbujitas, -quienes con todos sus dulces comentarios me han aliviado, comprendido, acompañado y ayudado- sus palabras  llenas de cariño las cuales me han hecho sonreir, olvidar y sobretodo relativizar aquello que es realmente imporntante. 

El pasado miércoles tuvimos nuestra primera clase preparto. Las sensaciones de las semanas anteriores fluctuaban entre la emoción, la expectación y la intriga. Sentía como si el miércoles se iniciara una nueva etapa en nuestras tres vidas. Una mirada hacia el final de un bonito camino que en poco tiempo se convertirá en otro aún más emocionante y misterioso. 

Cuando llegamos al aula, la veinteañera matrona residente nos hizo una minuciosa presentación sobre el largo y doloroso proceso del parto. La primera palabra que escuché "largo..." a lo sin querer contesté ¿largo? "sí claro, muy largo... hasta dos semanas antes". Puede ser más corto pero no es lo lógico. Y puede ser menos doloroso, pero no es lo lógico. A lo que yo pensé ¿lógico? ¿Existe alguna lógica en esto de dar a luz? Mi confusión iba a la par que mi angustia, mientras pasaba sus imágenes y contaba su forma de ver un momento por el que obviamente aún no había pasado. A mi personalmente me sorprendió e inquietó esa manera tan fría e informativa de hablar de uno de los momentos más brutales, naturales y humanos por los que vive una mujer. Y también hubiera preferido que esa angustiosa clase preparto no culminara en un video de una mujer dando a luz, ante el cual se me saltaron las lágrimas como medida aliviatora de toda esa ansiedad.

Tras el shock evidente (y admito que estoy en una fase bastante sensible de mi vida) y por si le puede ayudar a alguna futura mamá, aquí está mi clase preparto (qué sin haberlo vivido aún, los muchos comentarios de consuelo que he tenido me han hecho interpretar la mi propio discurso).

"El parto es el proceso más bestial, impresionante y natural por el que pasa una mujer. No existe un momento para el que estemos más preparadas que éste y no viviremos otra experiencia igual. Si piensas que va a ser doloroso, seguramente lo será. Si piensas que va a ser largo, seguramente también lo sea. Y lo pienses o no, probablemente lo será. Sin embargo, si piensas que es un momento único en tu vida en el que todo tu ser y tu cuerpo se va a concentrar en hacer venir al mundo a esa criatura que llevas sintiendo con amor durante meses... si sientes que estás ahí para ayudar a que tu pequeño/a venga a este mundo... si piensas que cada dolor es un pasito más cerca de tener a tu bebé entres tus brazos... seguramente te importe menos el dolor y lo largo que sea, y tu mente se ocupe más en vivir ese momento. Porque si algo he aprendido en estos meses, es que no merece la pena sentir miedo y angustia. Al menos a mi y a Nora es un sentimiento que ahora mismo no nos sirve para nada"

Continúo pensando que esta clase de charlas dirigidas a personas que se encuentrarn en su momento más vulnerable deberían abordarse con la mayor sensibilidad y humanidad posible. Por supuesto que la información es importante, pero sinceramente, hoy por hoy no hay nada más facil de encontrar que información. Lo difícil es encontrar unas palabras cálidas de aliento. Lo difícil es encontrar apoyo y empatía de otro ser humano ajeno a tí. Y lo más complicado aún, es transmitir paz y tranquilidad para afrontar uno de los momentos más maravillosos, brutales e impresionantes (sí claro, y doloroso y largo) de nuestras vidas.

Esta ha sido la experiencia de mi primera clase preparto y entiendo que no todas son iguales, ni todas las personas lo viven igual. Pero por si puede servir de algo... aquí teneís mi experiencia. Eso sí, el miércoles ya estoy volviendo a la segunda clase preparto, pero con las cosas más claras :)

Gracias por visitar nuestra burbujita!!

viernes, 6 de abril de 2012

Cuestión de respeto... visitas postparto


Por experiencias cercanas he vivido que uno de los momentos más delicados por el que pasa una pareja durante el embarazo es el parto. Y con el parto no sólo me refiero al momento en sí, sino que incluyo el proceso de ir al hospital, de llamar a los familiares, de las visitas en el hospital y las dos semanas siguientes de adaptación. 

Sé que las generaciones anteriores (cuestión de costumbres) han pasado por tener a media familia concentrada en el hospital esperando las noticias del padre o de la enfermera. Por ello entiendo que a muchas personas les cueste comprender y respetar que unos padres primerizos decidan vivir ese momento de una manera íntima y cercana. Pero es cuestión de respeto entender que cada persona con sus circunstancias tiene derecho a elegir libremente como quiere que sea ese momento (su momento), y por lo tanto es imprescindible respetar ese deseo y no molestarse, ni ofenderse. También entiendo que haya parejas que sí deseen vivir su parto rodeados de sus familiares, cosa que también respeto, pero hoy por hoy no comparto. "Mi decisión es sencillamente querer recordarlo como el día más feliz de mi vida y no como el más agobiante de toda mi existencia". 

Esta entrada de hoy llega por un artículo interesantísimo de una mamá cuya experiencia no ha sido muy satisfactoria. De su artículo "Decálogo de las visitas post-parto" (que recomiendo enérgicamente) rescato alguna de sus premisas:

1. "Nunca visitar en el hospital. Es un momento íntimo, la mamá necesita recuperarse, descansar, acoplarse a su hijo, y el niño necesita tranquilidad, no ir de brazo en brazo como un muñequito".  

Yo a esto le añado, que como es inevitable que los familiares directos se acerquen al hospital, respetar sobretodo el resto de premisas: evitar aglomeraciones, respetar el sueño del bebé, visitas cortitas y en tono suave.

2. "Siempre llamar antes de hacer la visita, y si los papás sugieren (o dejan caer timidamente) que no es buen momento, es imperativo respetarlo y no molestarse"

3. La siguiente para mí la más importante: "Las opiniones sobre el niño, su estado, si tiene hambre, si tiene pis, si está delgado o si tiene sueño... para el ascensor, para el momento cotilleo tras la visita -GRACIAS- No hay nada más agobiante que los miles de consejos y opiniones que tiene que oir una madre primeriza"

4. "Evitar coger al bebé... la estampa de mi niño de mano en mano escuchando los gritos de unos y otros: !Qué guapo! !qué carita tiene!... me pone los pelos de punta." 

5. "Intentar no ir perfumado "de domingo"... con las hormonas a mil, los olores fuertes son lo peor..." 

6. "Las visitas cortitas mejor que mejor... ya habrá tiempo de disfrutar del niño"

7. "Como sugerencia, se puede proponer a los papás a salir de casa, verse en algún lugar cercano a su domicilio, para que les de el aire (seguro que no han salido mucho en esos días) y así evitamos tener la casa como una patena para recibir a los invitados"

8. "Si la nueva familia se recluye en casa y no quiere ver a nadie, entendedlo y respetadlo, la adaptación es difícil y cada uno lo toma como puede"

9. "Usemos la empatía y sentido común, nada de visitas a horas intespestivas para un niño, que es a partir de las 7:30, cuando se empieza con el ritual del baño, la teta y a dormir" 

Estas son las premisas de una mamá bloggera a las que yo añadiría...

10.  No hay nada que me haga más ilusión que mi padre, madre y hermanos conozcan a Nora y disfruten de ella... pero creo que es importante entender que van a ser unos días muy delicados y pido sobretodo ayuda y comprensión... sobretodo a la hora de dejar cosas por medio y de esperar a que lo pongan todo por delante. No puedo ni imaginarme el estrés que debe ser tenerte que ocupar de tu recién criatura, y a parte de tu familia que viene a verte, de la organización de la casa, comida, ropa, pareja... Quizás me adelanto a los acontecimientos, pero más vale prevenir que curar.

En definitiva, esta entrada sólo está escrita para que el momento en el que Nora venga al mundo sea el más feliz y bonito de nuestras vidas, lo disfrutemos todos, y sea compartido con amor, respeto y comprensión. Nora y sus papás os lo agradecerán :)


jueves, 5 de abril de 2012

La verdad sobre gatos y embarazo

 Imagen extraida de Kymtte

Si hay una palabra que me ha acompañado durante todo mi embarazo, esa es "toxoplasmosis". Y esta palabreja tan extraña no es más que una infección por un parasito y una de las primeras pruebas que te hacen cuando estas embarazada. Si has pasado dicha infección, tienes los anticuerpos necesarios para luchar contra ella (en caso de infectarte durante el embarazo) Por lo tanto si la prueba sale positiva !bien por ti!! Por el contrario, si la prueba es negativa, quiere decir que no la has pasado, no tienes esos anticuerpos y por tanto durante el embarazo tienes que tener en cuenta una serie de recomendaciones. Una de las fuentes de transmisión más habitual son los gatos (ejem... lo que se difunde errónea y cruelmente y sin ninguna base cientifica, y donde os invito a leer un artículo genial que descubrí gracias a La casita de Irene).
 
Cuando supe que estaba embarazada me hice dicha prueba triunfante, y confiada en que daría positiva y por lo tanto tendría los anticuerpos. El tema era bastante claro: llevo nueve años compartiendo mi vida con mis dos gatas, acariciándolas, retirandoles diariamente sus excrementos... vamos, de cajón. Pero cual fue mi sorpresa cuando la doctora me dijo que dió negativa. Yo blanca como una coliflor, le comentaba que eso no era posible, que vivo con dos gatas. Y mi doctora (muy mal informada toda ella) me dijo "pues si tienes gatos deberías deshacerte de ellos" El dolor y el disgusto que producen esas palabras sólo puede ser entendible por aquellas personas que aman a los animales. Así que con mi pena me fuí a mi casa, confundida, agobiada y con lágrimas en los ojos: ¿gatos o bebé?

En esto mi pareja tuvo una brillante idea: ¿porqué no te acercas al veterinario y te informas? Así lo hice... y cual fue mi sorpresa cuando lo primero que me dice este buen hombre es "si tienes gatas y no has pasado la toxoplasmosis es porque seguramente tus gatas no tienen la toxoplasmosis" y claro, entonces te paras a pensarlo... mis gatas no salen de casa, no estan en contacto con otros gatos, y mantienen una buena higiene... pues claro, es lógico que no se hayan infectado. Pero si aún vamos más lejos... es que la única manera de que me infecten mis queridos amigos gatunos sería que estuvieran infectados, que depusieran sus excrementos, que tardara unos días en recogerlos (para que el oovocito madure que es lo que infecta) y que cuando lo hiciera me llevara el parasito a la boca (lo siento, pero tengo la mala costumbre de lavarme las manos siempre que recojo sus deposiciones)

Por lo tanto, con que mi pareja se dedique a retirar los excrementos, acabamos con el riesgo de infectarme y nos evitamos tener que abandonar a estos pobres animales cuya única culpa es la despiadada malinformación y la mala prensa de personas que no son capaces de sentir el más mínimo respeto por otros seres vivos distintos a ellos. Aún así resulta imposible evitar la pregunta bienitencionada de amigos y familiares "¿pero como te arriesgas a seguir teniendo a los gatos?" a lo que respondo con una sencilla verdad "hay más probabilidades de infectarme por ingerir carne cruda o una lechuga mal lavada".

lunes, 26 de marzo de 2012

Los movimientos de Nora


Siempre he tenido curiosidad por saber como se sentían los movimientos de un bebé. Hace poco veía a mis amigas con sus pancitas y esos bultitos que les sobresalían y se movían... me daba mucha curiosidad saber lo que sentían y aunque me la intentaban explicar, yo no podía ni imaginarme esa sensación. Recuerdo que cuando supe que estaba embarazada me sorprendía imaginando como serían sus pataditas... si me daría cuenta... y si no lo confundiría con cualquier otro movimiento...

Yo empecé a sentir los movimientos de Nora hacia las 18 semanas. La matrona me decía que eso era muy pronto, que para saberlo con seguridad tenía que esperar a la semana 22, pero yo tenía claro que esa era mi niña, vamos, que los intestinos nunca se me han movido así... La primera vez que la sentí fue como si una burbujita se moviera dentro de mi. Los movimientos eran muy suaves y contaba 5 o 6 al día... me encantaba esa sensación... 

Lo curioso es que a medida que ha pasado el tiempo, los movimientos han cambiado. Hacía la semana 25 noté el gran cambio, los movimientos suaves y delicados pasaron a ser golpes bruscos que me movían la tripa entera. La primera vez que Juan lo notó se asustó y sobresaltó, y luego nos reimos. Él me preguntaba con curiosidad que sentía, y yo le contaba que es como cuando se te monta un músculo pero en la tripa y sin dolor. Ya los movimientos empezaban a ser más constantes, cuando me despertaba (me toco la barriguita dándole los buenos dias y ella me da un golpecin en mi mano), cuando desayunabamos, en el coche hacia el trabajo... una sensación que disfruto con mucho mimo y que sé que echaré mucho de menos... eso sí, nunca me han despertado con sus movimientos, si yo duermo ella duerme (sería genial que lo respetara al nacer, jejeje...)

A mis 28 semanas el tamaño de Nora ya es considerable... se nota mucho en que lado de la barriga está, porque me la desplaza para ese lado... Juan y yo de vez en cuando la buscamos por la tripa a ver donde está, y él siempre la encuentra. Pero esta noche he sentido algo genial, y ha sido como una bola del tamaño de una naranja moverse de un lado al otro de la barriga. Estoy segura que era su cabecita, y al notarlo no he podido evitar reirme. 

Me da pena que Juan nunca pueda sentir esto tan maravilloso y extraño a la vez... a veces le digo que me gustaría que por un día puediera vivir esto que yo siento con Nora... y él me dice que a él también... Esto hace darme cuenta de lo afortunada que soy por poder vivirlo y llenar mis días con estos momentos tan bonitos de mi embarazo... y ¿por que no? sentirme afortunada de ser mujer :)




miércoles, 21 de marzo de 2012

El árbol de Nora

Durante el embarazo existe un momento especialmente emocionante y emotivo para mí: montar la habitación de Nora. Hace mucho tiempo que la teníamos pintada de naranja y verde, dos colores fuertes y llenos de vida y alegría. Aunque debo reconocer que cuando supimos que era niña, me invadieron unas terribles dudas e inquietantes deseos por pintarla rosa y lila... menos mal que mi pareja mantuvo la cordura en todo momento, y total, como bien dijo "ya habrá tiempo de ponerla rosita". Pasado ese primer momento de invasión del rosa que se mezcló con una época de dudas y miedos, de querer que todo sea perfecto, de ansiedad por ponerle los muebles más caros y bonitos del mundo, de darle lo mejor... (proceso en el cual entendí que lo mejor que le puedo dar está en mi, y no en lo material) volvimos a los colores que elegimos originariamente.

Una vez comprados los muebles blanquitos, nos surgía una cuestión ¿como decoramos las paredes? Algunos amigos y familiares han pintado con mucho gusto la habitación de sus peques, lástima que a nosotros nos falte ese talento. Por otro lado, yo había visto en las páginas de decoración que visito (de las cuales recomiendo Decopeques por su originalidad y contenido) unas pegatinas preciosas y habitaciones llenas de encanto. Claro, que nuestras paredes son de gotelé... no merecía la pena comprarse una pegatina que no fuera a quedar bien. 

Un día, ojenado internet, me enamoré de un arbolito que vi en una habitación infantil y entonces se lo enseñé a mi pareja. Cual fue mi sorpresa cuando me dijo "esto podríamos hacerlo". Pensando que esta era la típica frase que se dice y que borra el tiempo, no le di mas importancia, hasta que ayer me dijo "Venga, ¿hacemos el árbol de Nora?" Y ahí nos metimos al lío sin saber lo que saldría... yo sabía que iba a quedar bien (gracias a mi hormona de la felicidad) y él sabía que al menos ibamos a disfrutarlo, al poder estar juntos y compartir un mismo proyecto para nuestra niña.

Pues bien, un día después, este es el resultado del nuestro proyecto conjunto, del que estamos muy orgullosos... (yo sabía que iba a quedar bien, pero siendo sincera, no tan bien). 






Y en definitiva, también hemos aprendido de esta experiencia... como diría mi pareja: que al final "to es ponerse", y como diría yo: que con ilusión y amor "querer es poder". 

Gracias por visitar nuestra burbujita :)

domingo, 18 de marzo de 2012

Madres felices, bebés sanos

Siempre he creído que mantener un pensamiento positivo ante la vida es una actitud verdaderamente saludable. Incluso ahora le encuentro más lógica a la famosa "hormona de la felicidad" que se supone que las mujeres segregamos durante nuestro embarazo.Claro está, que depende mucho de las circunstancias y las situaciones que rodean a cada mujer, la experimentación de este estado de felicidad. En mi caso puedo asegurar que esta hormona hace sus funciones. Con todas las noticias negativas y alarmantes que día a día escuchamos, por mi se puede hundir el mundo siempre y cuando mi peque esté bien. El trabajo, el futuro y la incertidumbre... ya se solucionarán. Es sentir sus movimientos o recordar su piececito en la ecografía, que el resto del mundo deja de existir, como si todo mi mundo se reajustara y dejara de importante las cosas que realmente no lo son. Podría resumirse en "si ella está bien, yo estoy bien".

Hace poco, en uno de los zappings nocturnos que hacemos mi pareja y yo antes de dormir, nos llamó la atención un programa de Redes, llamado "madres y bebés" (debo decir que es una de las pocas cosas interesantes que emite esa caja tonta llamada televisión). El episodio, que ya había empezado, en seguida nos enganchó, en parte por lo interesante del tema y sobretodo por la relación con esta época tan bonita que estamos viviendo.

Parte del contenido del programa hablaba de como afecta el estrés de la madre en el bebé. Y parece ser que se ha demostrado que afecta más de lo que creemos, ya que la hormona del estrés entra también en la placenta y puede favorecer trastornos en el desarrollo del cerebro del bebé (hiperactividad, deficit de atención, etc). Cuando terminó el programa, tumbada en la cama y con la seguridad que da estar acurrucada en el edredón nórdico y a lado de la pareja, me plantee hasta que punto merece la pena tomarme la vida con más tranquilidad. Desde ese día, frente a los problemas, trato de respirar y buscar el lado positivo. Está claro, que sería mucho más complicado si ella no estuviera conmigo. Pero es pensar en mi peque y haría lo que fuera porque ella estuviera bien. Desde entonces llevo la cuenta de los días que llevo sin dejar entrar ningún pensamiento negativo en la cabeza. Al principio fue complicado... siempre hay algo por lo que quejarse... siempre hay miedos al día a día... pero si mi felicidad implica su salud y la mia... está claro que merece del TODO la pena :)

sábado, 10 de marzo de 2012

La gran noticia...

Nunca olvidaré la sensación que tuve el día en el que supe que estaba embarazada. Estaba sola en mi cuarto a las 8 de la mañana, mi novio se había ido a trabajar y yo decidí comprobar a que se debía ese retraso. Solo recuerdo la inmensa paz que sentí... una paz que me llenó como si flotara... una lágrima y una sonrisa que aparecieron en mi rostro al mismo tiempo.

Era obvio que ya no podría volver a dormirme, así que todos mis pensamientos se enfocaron a como dar esta gran noticia. A mi pareja fue sencillo, sólo tuve que decirle las palabras más bonitas del mundo "vas a ser papá". Dar la noticia al resto... bueno, fue mucho más bonito en mi cabeza que luego como ocurrió en la realidad... aunque también comprendí que a partir de ahora no podría esperar que todo lo que yo quisiera que fuera perfecto, lo sea.

Entonces no se me ocurrió el dar la noticia a través de una bonita foto, hasta que no me encontré con este blog. A estas alturas para mi es algo tarde... pero no dejan de ser unas ideas preciosas...

Esta foto me parece una de las más bonitas, creo que por la cara de felicidad que tienen ¿No creéis? aquí


¿ Y decirlo con un mensaje subliminal? aqui


Claro, que todavía se puede ser más dulce si se incorpora al padre con esa carita... aquí


Sorpresa!! aquí



O con una foto artística del test de embarazo... aquí



Una autofoto, unos retoques y bonito regalo... aquí


Podéis inspiraros, bucear por muchos de los blogs que recopilan estas geniales ideas o crear vuestras propias formas de anunciarlo. Sea como sea... siempre es una gran noticia :)

viernes, 9 de marzo de 2012

Mi pequeño mundo...

Nuestra pequeña burbuja, nace de  Los Mundos de Sand,  pero sobretodo de la emoción por compartir un nuevo mundo que en mí antes no existía. Un pequeño mundo que crece conmigo cada día y dentro de mí. Un mundo por el que he entendido que merece la pena aprender a ser feliz e intentar convertirme en la mejor persona posible. Un mundo que comparto con un hombre maravilloso y que disfrutamos cada día.

Gracias a La Casita de Irene, blog que he conocido hace poco y por casualidad, me he animado a abrir una nueva ventana y dejar entar el aire. Y como el futuro es incierto, aquí y ahora os hago partícipes y os doy la bienvenida a mi nueva aventura bloggera :)